Es la sustitución de un término por otro, fundándose
en relaciones de causalidad, procedencia o sucesión existentes entre los
significados de ambos términos.
Es cuando se da a un objeto el nombre de otro por
una relación de causa u origen. Según los diferentes modos de contigüidad, se
producen diversos tipos de metonimia.
Esta aparece:
a) Cuando se designa una causa por medio de su
efecto:
- “Ana fue la alegría de la fiesta” (fue la causa de
la alegría de la fiesta).
b) Cuando se alude al efecto por medio de la causa:
- “Le hizo daño el sol” (le hizo daño el calor
producido por el calor del sol).
c) Cuando se denomina un objeto por medio del lugar
donde produce o de donde procede:
- “Un Rioja, un Jerez, un Ribeiro” (una botella de vino
de Rioja).
d) Cuando se designa a un pintor, escritor, soldado,
torero, etc., por medio del instrumento que maneja:
- “Es un gran pincel”; “tiene una pluma incisiva”
(escritor agudo); “es el corneta del regimiento”; “es un buen espada” (torero).
e) cuando se menciona una obra por el autor de la
misma:
- “En el Museo del Prado hay varios Rubens” (varios
cuadros de Rubens).
f) Cuando se designa una característica moral por
medio de una realidad física:
- “No tiene corazón” (es una persona sin sentimientos).
g) Cuando se emplea el signo para designar la cosa
significada:
- “La media luna dominó España” (los árabes).
La metonimia, como la metáfora, la alegoría y el
símbolo, son tropos literarios que tienen en común el basarse en la sustitución
de términos que implican una traslación o desplazamiento del significado. Lo
que diferencia esencialmente a la metonimia de la metáfora es que, en la
metonimia esa traslación se produce dentro del mismo campo semántico
(causa-efecto, obra-autor, etc.), mientras que en la metáfora se produce entre
términos cuyos conceptos pertenecen a campos distintos: río-vida; mar-muerte;
dientes-perlas, etc.
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