Aunque fue publicándola en
diversos libros, reunió su poesía con el título común de La realidad y el
deseo. Precisamente, resulta clave en su obra ese conflicto entre realidad
y deseo, entre la sociedad y el poeta, quien, frente a los valores establecidos, levanta la fuerza del
deseo, de la pasión amorosa-homosexual. La imposibilidad de conciliar realidad
y deseo revela también que la aspiración a seres y mundos ideales está
condenada a la insatisfacción, pues la realidad es cambiante e imperfecta; por
ello, el amor, que se quiere permanente y absoluto, conduce a la frustración.
Otros temas de Cernuda son la soledad, el hastío, la añoranza de un mundo más
habitable, la exaltación de la belleza... Y, ya en la madurez, Cernuda se abre
a los colectivo y comenta la realidad española y la vida en la sociedad de
consumo, reflexiona sobre el paso del tiempo, la vejez y la muerte, ofrece una
visión más contemplativa del amor, y medita sobre el sentido de la poesía y del
arte en general.
En cuanto al estilo, su poesía
sigue al principio las corrientes de su tiempo (poesía pura, surrealismo);
después, sobre todo ya en el exilio, sus versos tienden a la meditación, a la
sobriedad y a la objetivación y huyen de la emotividad, de la brillantez
lingüística y de la musicalidad muy marcada.
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