martes, 8 de enero de 2013

b.4.2. Modernismo frente a Generación del 98.



A finales del siglo XIX y principios del siglo XX se produce una renovación artítica en la que la crítica ha señalado la existencia de dos direcciones estéticas:
a.      Los modernistas se caracterizan por un marcado rechazo a la realidad en la que viven, especialmente
 al excesivo materialismo burgués. Esta disconformidad con el mundo presente se expresa literariamente 
a través de la evasión. El arte evita las circunstancias negativas en las que surge y presenta referentes a
lejados o alternativos: busca la belleza en las formas y contenidos. De esta manera, los 
modernistas reaccionaron contra la imitación de la realidad característica del Realismo y defendieron el 
valor de las impresiones, las sensaciones y lo subjetivo en el arte. Es un movimiento que cultiva 
esencialmente el género lírico, en verso y en prosa. 


Pero esta disconformidad se refleja también a través de actitudes como la bohemia o el aislamiento
 de los autores, que se refugian en su actividad artística, en su «torre de marfil».
El Modernismo literario tiene su origen en Hispanoamérica y se inicia en España con la llegada en 1892 
del escritor nicaragüense Rubén Darío, su principal representante. Este movimiento conoce su esplendor 
en los primeros años del siglo y se prolonga aproximadamente hasta el comienzo de la Primera
 Guerra Mundial.

b.      Sin embargo, algunos autores sentirán la necesidad de mostrar esta disconformidad con su tiempo 
de una forma directa, mediante la oposición y la crítica. Así, un grupo de escritores constituye la
 llamada generación del 98 (nombre con el que se alude al año del “desastre” que provoco provocó 
la pérdida para España de Cuba, Filipinas y Puerto Rico). Estos reflexionan en sus obras sobre España
 y las causas de su decadencia, y ven en la austeridad del paisaje castellano la esencia del alma
 española. Frente a la evasión modernista, el 98 trata directamente asuntos existenciales, manifiesta 
una actitud de protesta y se expresa mediante un lenguaje sencillo y claro.
De este modo, el 98 surge como un viraje de la literatura hacia nuevos rumbos estéticos que dan lugar 
a una expresión más comprometida. En este grupo de autores predomina el género narrativo en 
prosa y el ensayo.
En esta generación se suelen incluir también otros creadores influenciados anteriormente por el 
Modernismo: Antonio Machado y Valle-Inclán, por ejemplo, presentan obras en las que tratan 
el tema de España desde una perspectiva próxima a la del 98.


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