A finales del siglo XIX y principios del
siglo XX se produce una renovación artítica en la que la crítica ha señalado la
existencia de dos direcciones estéticas:
a.
Los modernistas se
caracterizan por un marcado rechazo a la realidad en la que viven,
especialmente
al excesivo materialismo burgués. Esta disconformidad con el
mundo presente se expresa literariamente
a través de la evasión. El arte evita
las circunstancias negativas en las que surge y presenta referentes a
lejados o
alternativos: busca la belleza en las formas y contenidos. De esta manera, los
modernistas reaccionaron contra la imitación de la realidad característica del
Realismo y defendieron el
valor de las impresiones, las sensaciones y lo
subjetivo en el arte. Es un movimiento que cultiva
esencialmente el género
lírico, en verso y en prosa.
Pero esta disconformidad se refleja
también a través de actitudes como la bohemia o el aislamiento
de los autores,
que se refugian en su actividad artística, en su «torre de marfil».
El Modernismo literario tiene su
origen en Hispanoamérica y se inicia en España con la llegada en 1892
del
escritor nicaragüense Rubén Darío, su principal representante. Este movimiento
conoce su esplendor
en los primeros años del siglo y se prolonga
aproximadamente hasta el comienzo de la Primera
Guerra Mundial.
b.
Sin embargo, algunos autores
sentirán la necesidad de mostrar esta disconformidad con su tiempo
de una forma
directa, mediante la oposición y la crítica. Así, un grupo de escritores
constituye la
llamada generación del 98 (nombre con el que se alude al
año del “desastre” que provoco provocó
la pérdida para España de
Cuba, Filipinas y Puerto Rico). Estos reflexionan en sus obras sobre
España
y las causas de su decadencia, y ven en la austeridad del paisaje
castellano la esencia del alma
española. Frente a la evasión modernista, el 98
trata directamente asuntos existenciales, manifiesta
una actitud de protesta y
se expresa mediante un lenguaje sencillo y claro.
De este modo, el 98 surge como un
viraje de la literatura hacia nuevos rumbos estéticos que dan lugar
a una
expresión más comprometida. En este grupo de autores predomina el género
narrativo en
prosa y el ensayo.
En esta generación se suelen
incluir también otros creadores influenciados anteriormente por el
Modernismo:
Antonio Machado y Valle-Inclán, por ejemplo, presentan obras en las que tratan
el tema de España desde una perspectiva próxima a la del 98.
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